martes, 13 de diciembre de 2016

La cara y la cruz en menos de 96 horas


En poco más de 96 horas viví esa sensación en las dos competiciones en las que participé en Chipiona(Carrera de la Reyerta) y Chiclana(Cross del Pinar del Hierro y la Espartosa)

El día 6, repetía participación en la Carrera de la Reyerta, de la cual conocía el recorrido, un trazado bastante llano, rápido y muy corrible. Al llegar, retirada de dorsal,saludo previo a Enrique, Jorge, Paco Pepe y Luis, observo atónito la cantidad de gente buena que hay(desde los Raúl Daza, Rubén Vega...hasta Pérez Tebar, Caraballo, Alfredo, Manuel Gatón...) de lo mejorcito de la provincia, faltaban unos cuantos, pero gran parte estaban allí.

Iba a ser una carrera muy rápida, con tanto gallo en el corral. Yo no me amilano nunca, es más, el verte cerca de cracks así, debe sacar lo mejor de tí. Salimos como auténticos fórmula 1(unos más que otros claro está) y se forma un grupo de 10-12 corredores y un segundo grupo de 4-5 donde me encuentro. Marco el primer km a 3.21.

Me veo muy fresco y suelto pero consciente de que había que bajar esos ritmos para llegar bien al final y disputarlo con garantías. Marco hasta el km 6-7 ritmos entre 3.29 y 3.42. En estos kilómetros, adelanto a dos atletas del Atletismo Chipiona y observo, sorprendido, la retirada de Raúl Daza por problemas en la rodilla, según me enteré en meta.

A partir del 8, guardo un poco( a 3.45) para del 9 al final, apretar. No pude adelantar al atleta que me precedía pero marco en meta, según mi Garmin, un tiempo de 36.11 de un total de 10.04 kms. Finalmente, 12 de la general y 7 de mi categoría. Mi mejor marca personal en un 10000 muy contento y con la moral alta para afrontar la penúltima carrera en Chiclana del Domingo 11.



Tras las buenas sensaciones experimentadas en Chipiona, el buen entreno efectuado en el Pinar del Hierro, lugar donde se celebraba la carrera, llegaba a la vecina localidad gaditana con la moral alta y con buenas sensaciones en las piernas, dispuesto a dar mucha guerra por el trazado chiclanero.

Esta vez, iba a acompañado de Javi y Levi, los tres mosqueteros nos colamos en el sitio previsto riéndonos, pasándolo de gran categoría y disfrutando de todo esto, que es de lo que se trata.

Tras saludar a varios compañeros del club a nuestro gran amigo Óscar, más conocido por todos por el Tricaletero, empieza la batalla y las sensaciones durante los 3 primeros kms son buenísimas marco ritmos de 3.26, 3.40 y 3.40 respectivamente.

Miro el reloj, voy bien de caja y de piernas, con mis rivales en el Circuito Diputación atrás y a pocos metros de otros dos. Todo marcha pero, de repente, un fuerte pinchazo en el estómago me hace aminorar el ritmo de manera considerable. Me asusto porque no he experimentado una sensación así nunca en carrera. Quiero pensar que es un pinchazo puntual que se pasará pero, desafortunadamente, no es así. Me empiezan a adelantar muchos atletas, empiezo a hundirme mentalmente, no voy y los pinchazos se hacen cada vez más duraderos e intensos.

Llego a meta sin poder sprintar, prácticamente a trote cochinero y con ganas de vomitar. Espero que una sensación así no la vuelva a tener más. Acabé la carrera por cabezonería, dignidad y pundonor más que por otra cosa. Acabo muy decepcionado a la vez que débil y sin fuerza alguna.

Una lástima haber perdido esta oportunidad, era un circuito que me venía bien pero ante un malestar físico no te queda más que resignarte y esperar a desquitarte en la próxima prueba.

Quien me conoce, sabe de sobra, que no bajaré los brazos y esto es sólo un pequeño paso atrás para volver con más fuerza si cabe a la mejora que voy experimentando en cada carrera. A seguir mejorando y, tras el aplazamiento del Cross de San Sebastian(una lamentable decisión desde mi punto de vista) habrá que buscar nuevos objetivos y seguir lo más a tope posible.

TULIMITESTAENQUENOHAYLIMITE